Redes de distribución
La distribución de energía eléctrica es un caso de éxito en nuestro país. Actualmente tenemos una red de distribución que está entre las mejores de Europa, con unos índices de calidad que hacen que la electricidad esté disponible el 99,99% del tiempo.
Caso de éxito…
La red de distribución en nuestro país ha facilitado la conexión de más 65.000 instalaciones y la integración de 40GW de renovables. Y además empoderando al consumidor ya que es líder en telegestión, digitalización de redes e información al cliente.
La red de distribución ha sido además un importante inductor de actividad para otros sectores de la economía nacional (fabricantes nacionales de equipos eléctricos, sistemas de información, control y telecomunicaciones), contribuyendo a su internacionalización.

… pero tenemos que seguir avanzando
La UE en su Clean energy for all Europeans otorga al distribuidor un nuevo rol como gestor de la red para permitir la integración de toda la renovable prevista.
90% de renovables conectadas a la red de distribución
Un 90% de las renovables se van a conectar a la red de distribución que va a actuar como facilitador neutral del desarrollo del mercado. La red pone en contacto a la generación y al consumo y debe responder aportando flexibilidad para resolver de manera satisfactoria las congestiones que se produzcan.
Aumento de la complejidad en la operación de la red
La complejidad en la operación de la red va a aumentar porque además el flujo de la energía va a pasar a ser bidireccional en la medida en que el consumidor consuma, produzca o almacene la electricidad.
Una gran inversión para una red de distribución más amplia, moderna y digitalizada
La red de distribución debe extenderse, modernizarse y automatizarse en la transición energética.
Se prevé que la inversión de las distribuidoras esté próxima a los 30.000 millones de euros de aquí a 2030 y casi la mitad de esta inversión irá destinada a la red de baja tensión.
La transformación de la red tendrá beneficios relevantes para el consumidor y la sociedad en su conjunto y permitirá reducir inversiones en la transición energética.
Las redes de distribución, protagonistas fundamentales de la transición energética
El papel de las redes de distribución es clave en la transición energética: el cambio de paradigma del sector eléctrico, con la entrada masiva de renovables y los objetivos de los nuevos usos eléctricos en movilidad o edificios, convierten a las redes eléctricas y, en especial, las de baja tensión, en facilitadoras de este proceso.
Los distribuidores jugarán un rol principal durante esta transición en la que se enfrentarán a diversos retos tecnológicos ya que de su automatización y digitalización depende el desarrollo de los factores fundamentales para la descarbonización de la economía, como son el desarrollo de las energías renovables, la gestión eficiente del sistema, la generación distribuida o la mayor penetración del vehículo eléctrico, entre otras cuestiones.
Adaptar la red a estos nuevos retos supondrá tener que acometer notables inversiones para fomentar el proceso de electrificación a través de la introducción masiva de energías renovables o la digitalización de la red de distribución eléctrica.