Finalizado el estado de alarma es momento ahora de volver la vista atrás para analizar con más detalle lo que ha sucedido con el consumo eléctrico. La demanda eléctrica es un indicador adelantado de la actividad económica y ahora que se tienen que poner en marcha los planes de reactivación hay que comenzar viendo la magnitud de la parálisis económica durante este periodo. En ese sentido, un análisis de la demanda eléctrica permite entender mejor dónde se han producido estos impactos porque muchas de las actividades económicas tienen un grado de electrificación elevado.

El siguiente gráfico muestra la evolución de la demanda en el periodo del estado de alarma, desde el 15 de marzo al 21 de junio, donde puede observarse un descenso acusado del consumo eléctrico diario. Concretamente, esta caída fue del 13,4% en relación al mismo periodo de 2019.

Gráfico 1 – Evolución de la demanda diaria nacional 2019 y 2020 (MWh/día del 15 de marzo al 21 de junio)

Fuente: aelēc

Esta bajada ha sido más pronunciada en los periodos más estrictos de restricción de la movilidad durante el confinamiento, con valores que han alcanzado diferencias de hasta el 32% diario con respecto al 2019 coincidiendo con la Semana Santa. El mayor descenso acumulado en la serie se observa precisamente en estas fechas donde alcanza el 16%, tal y como puede observarse en el gráfico anterior.

Sin embargo, a la hora de analizar el impacto de la pandemia durante el estado de alarma en el consumo eléctrico por tipo de actividad económica vemos que este ha sido desigual atendiendo a las diferentes actividades.

Cuando se analizan por separado los impactos que ha tenido el estado de alarma en la industria, en los servicios y en el sector residencial encontramos diferencias significativas, especialmente al comparar los dos primeros con el último. Por un lado, el descenso acumulado del consumo eléctrico tanto en la industria como en los servicios ha sido bastante similar: un 19,0%, en la industria, y un 19,3%, en los servicios. Mientras que el sector residencial no ha experimentado esta bajada, sino un aumento de la demanda durante el periodo del 4,2%.

En el caso del sector industrial, el impacto más importante se ha producido durante las dos semanas más restrictivas de movimientos, alcanzando caídas diarias de hasta el 47%, con respecto al consumo del mismo día equivalente del 2019. El pico máximo del descenso acumulado del consumo se produjo el 10 de abril, alcanzando el 26%. Desde entonces, la demanda eléctrica industrial ha iniciado su recuperación progresivamente hasta el final del estado de alarma, tal y como se puede observar en el siguiente gráfico.

Gráfico 2 – Evolución de la demanda diaria nacional en la industria en 2019 y 2020 (MWh/día del 15 de marzo al 21 de junio)

Fuente: aelēc

En el caso del sector servicios, el impacto más importante se ha producido también durante las fechas que se aplicó el Real Decreto que imponía mayores restricciones en la movilidad, alcanzando caídas diarias de hasta el 37% con respecto al consumo del mismo día equivalente en 2019, lo que supone un descenso algo menos pronunciado que en la industria. El máximo en la caída acumulada de la demanda se produjo también el 10 de abril, con una cifra acumulada del 22%. A partir de entonces, la demanda eléctrica desde el sector servicios ha iniciado una lenta recuperación hasta el final del estado de alarma, aunque con menos intensidad que la industria. El siguiente gráfico muestra esta evolución.

Gráfico 3 – Evolución de la demanda diaria nacional en los servicios en 2019 y 2020 (MWh/día del 15 de marzo al 21 de junio)

Fuente: aelēc

Por último, el sector residencial no ha experimentado el mismo impacto, sino que se ha producido un crecimiento a lo largo del periodo observado. Este aumento de la demanda eléctrica ha ido moderándose a lo largo del tiempo debido, principalmente, al cambio de hora, a la entrada de la nueva estación con temperaturas más atenuadas y a la progresiva reducción de las restricciones de movimiento. Así, se han alcanzado crecimientos diarios de hasta el 21% con respecto al consumo del mismo día equivalente en 2019, cifra a la que se llegó el pasado 31 de marzo. El máximo crecimiento acumulado en esa fecha alcanzó la cifra del 13%. Posteriormente, la demanda ha moderado progresivamente su crecimiento, tal y como se puede observar en el siguiente gráfico.

Gráfico 4 – Evolución de la demanda diaria nacional en el sector residencial en 2019 y 2020 (MWh/día del 15 de marzo al 21 de junio)

Fuente: aelēc

En resumen, observamos impactos muy distintos a lo largo del estado de alarma cuando se analiza la evolución de la demanda eléctrica por tipo de actividad económica. Mientras que el consumo en industria y servicios ha sufrido una bajada importante, en los hogares ha aumentado. Sin embargo, el impacto en industria y servicios ha sido desigual a pesar de que el descenso acumulado final se sitúe en valores muy similares. La industria tuvo un mayor parón en la actividad durante el mes de abril y se ha recuperado con más fuerza, algo que no ha sucedido en el sector servicios que una vez alcanzado el mínimo de actividad no ha experimentado en igual medida este impulso posterior.