Los equipos Bomba de Calor proporcionan calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria, y se han convertido, desde el punto de vista de las instalaciones térmicas, en los protagonistas cuando se habla de eficiencia energética.

Además, utilizan energía procedente de fuentes renovables y por ello, juegan un papel decisivo en las políticas de descarbonización, y en la consecución de los objetivos relativos a Energía y Clima de la Comisión Europea, ya que contribuyen a reducir el consumo energético y las emisiones de CO2, favoreciendo por tanto la sostenibilidad.

Estos equipos son capaces de proporcionar, gratuitamente, al menos, el 60% de la energía necesaria para climatización. Esto es posible, gracias a que, en invierno, transfieren el calor natural del aire (aerotermia), agua (hidrotermia) o tierra (geotermia) al interior del recinto y, en verano, lo enfrían, transfiriendo el calor del interior hacia el exterior, proporcionado un ambiente fresco y agradable, haciéndolo de una forma eficiente y sostenible, ya que transportan mucho más calor que la energía que consumen, con el consiguiente ahorro en la factura energética.

La evolución de la tecnología de la Bomba de Calor en los últimos años la ha hecho merecedora de un claro reconocimiento desde diversos estamentos, recibiendo por parte de la Agencia Internacional de la Energía la consideración de “Mejor Tecnología Disponible” para calefacción, desde el punto de vista de la Eficiencia Energética. Esto unido a su capacidad de utilizar energía renovable, hace que estos equipos se postulen como la solución ideal para la producción de calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria.

En ese contexto, la Directiva de Eficiencia Energética de los Edificios, literalmente, dice que, en los edificios nuevos, los Estados miembros velarán porque antes de que se inicie la construcción, se consideren y tengan en cuenta la viabilidad técnica, medioambiental y económica de instalaciones alternativas de alta eficiencia, mencionando, específicamente, los equipos Bomba de Calor.

Asimismo, la mencionada Directiva obliga a que todos los edificios públicos nuevos deben ser Edificios de Energía de Consumo Casi Nulo y, a partir del 31 de diciembre de 2020, esta obligación se extenderá a todos los edificios nuevos. En esta línea, los equipos bomba de calor van a jugar un papel muy importante, especialmente, si en los mencionados edificios se contempla la refrigeración, ya que, en este último caso, será difícil llegar a los valores exigidos, si se usa otra tecnología diferente a la Bomba de Calor.

La reciente revisión del Código Técnico de la Edificación ha contribuido a dar aún más impulso a la Bomba de Calor al contemplar en su sección HE4, todo tipo de energía procedente de fuentes renovables para la producción de ACS.

En cuanto a la legislación nacional que afecta a los Hidrofluorocarburos (HFCs), refrigerantes utilizados por estos equipos, hay también que tener en cuenta que la modificación del actual Reglamento de Seguridad para Instalaciones Frigoríficas ha permitido utilizar refrigerantes de tipo A2L, con un Potencial de Calentamiento Atmosférico más bajo, como es el caso del R-32, R-452B, HFO, etc., en un rango más amplio de aplicaciones, lo que va a aumentar, aún más, la contribución de estos equipos a la sostenibilidad.

Por todo lo anterior, no cabe duda que su papel va a ser fundamental en la transición energética, ya que se puede decir que, desde el punto de vista de las instalaciones térmicas, es la tecnología clave y, prácticamente, la única opción para la electrificación del sistema, teniendo en cuenta, además, que contribuye a cumplir con los objetivos contemplados por la Comisión Europea relativos a eficiencia energética, uso de energía procedente de fuentes renovables y reducción de emisiones de CO2.

Su evolución, como se recoge, por ejemplo, en el PNIEC (Plan Integrado de Energía y Clima de España) es muy prometedora, ya que contempla un escenario en el que la aportación de energía renovable procedente de las Bombas de Calor, entre 2021 y 2030, aumenta de 651 a 4.076 ktep.

Asimismo, la Agencia Internacional de la Energía en su documento “Perspectivas para la Transición a una Energía Limpia. El Papel de los Edificios”, recoge que la tasa de electrificación se incrementará a un 35% de la energía total para el 2050 y que el mencionado incremento se basa, principalmente, en la rápida adopción de Bombas de Calor en los edificios y en la industria. Mencionando, igualmente, que la venta de Bombas de Calor se triplicará para el 2030 y alrededor de mil millones de hogares dependerán de ellas para calefacción para el año 2050, concluyendo que será la tecnología dominante para calefacción en 2050.

En conclusión, su capacidad para proporcionar calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria de una forma altamente eficiente y respetuosa con el medio ambiente, hace que estos equipos se presenten como la gran solución para la electrificación del sistema, ya que su penetración en el mercado va a ir reduciendo gradualmente el uso de soluciones que utilizan combustibles fósiles, a la vez que contribuyen a las políticas de descarbonización de la Unión Europea y ayudan a la consecución de los objetivos relativos a Eficiencia Energética, Uso de Energía Procedente de Fuentes Renovables y al cumplimiento de la Hoja de Ruta relativa a la reducción de emisiones de CO2.

Pilar Budí
Directora General
AFEC. Asociación de Fabricantes de Equipos de Climatización