Valoramos el diagnóstico presentado por Red Eléctrica de España sobre el apagón del 28 de abril y queremos compartir algunas consideraciones. 

 

  • El informe del Comité Gubernamental de análisis de la crisis eléctrica del 28 de abril ha confirmado que no se habilitaron medios suficientes para el control de la tensión en el sistema eléctrico. La responsabilidad de disponer de dichos medios recae en el operador del sistema, Red Eléctrica de España (REE), quien, a través del proceso de restricciones técnicas, debe garantizar cada día la disponibilidad de un número adecuado de centrales síncronas, teniendo en cuenta el impacto que sus decisiones y maniobras tienen sobre los niveles de tensión.

 

  • Tal y como explicó la ministra para la Transición Ecológica, el propio operador consideró necesarios, en la jornada del 28 de abril, un total de 10 grupos síncronos para garantizar la seguridad del sistema. Sin embargo, mientras que el día anterior estaban disponibles dos de ellos en Andalucía, el criterio cambió la jornada del apagón y solo se mantuvo uno de esos grupos en funcionamiento. Como resultado, tan solo un grupo de ciclo combinado quedó conectado para estabilizar toda la extensa zona de Andalucía, cuando el propio operador había previsto inicialmente dos. Este grupo representó únicamente el 3% de la generación en la zona donde se originó el colapso eléctrico, y su capacidad de control de tensión era claramente insuficiente.

  • Resulta preocupante que el operador del sistema no asuma sus responsabilidades técnicas contradiciendo las conclusiones del informe gubernamental, y atribuyendo el origen del apagón a pequeñas desconexiones de generación. De haberse dispuesto los recursos síncronos necesarios para afrontar fallos de generación y controlar las tensiones, como ocurre habitualmente en un sistema eléctrico bien gestionado, no se habría producido el colapso del sistema.

  • El propio comportamiento del sistema en días recientes lo demuestra. El propio martes se produjo una desconexión repentina de 1.100 MW por un cortocircuito y el sistema no colapsó, debido a que el operador había dispuesto de herramientas adecuadas de control de la estabilidad de red, superiores a las empleadas el 28 de abril. El sistema español ha soportado desconexiones importantes —como la Dana en la Comunidad Valenciana, pérdidas súbitas de demanda o la desconexión de centrales de gran tamaño— sin que ello provocase apagones. Esto se debe a que, en todas esas ocasiones, el despacho técnico del operador fue suficiente para garantizar la estabilidad del sistema. 
  • Por ello, afirmar que todo se hizo correctamente y que una desconexión parcial de generación justifica por sí sola un apagón generalizado, supone un daño reputacional para el sector eléctrico español y genera una innecesaria incertidumbre para el conjunto de la industria.
  • Queremos reiterar que las centrales gestionadas por nuestras empresas asociadas operaron con total normalidad durante la jornada del 28 de abril. Todas ellas cumplieron en tiempo y forma las órdenes del operador del sistema, reaccionaron a las oscilaciones e incrementos de tensión observados, y actuaron conforme a lo establecido. La causa real del apagón no fue la actuación de las centrales, sino la manifiesta insuficiencia de unidades despachadas por el operador para cubrir de forma segura todas las necesidades del sistema en materia de control de tensión y estabilidad operativa.